lunes, 30 de diciembre de 2013

Capitulo 21

¿Quien quiere capi? :D
Les dejo uno largo, será el último del año. Les deseó un muy Feliz Año Nuevo, les deseo de todo corazón que el año que viene sea uno excelente, lleno de éxitos y buenos momentos y experiencias para todas ustedes y sus seres queridos. :-)
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Cuando eran cerca de la media noche pudimos encontrar un pequeño restaurante, de esos que están abiertos las 24 horas.

-¿tienes hambre?-pregunté

-si

Me paré casi en la entrada, para poder vigilar que no me robaran el carro…que…yo antes…había robado. En fin, le abrí la puerta para que pasara. Nos encaminamos una mesa y nos sentamos sin decir palabra.

Una mesera, de cabello rojo, obviamente no natural por su aspecto extravagante, llegó a nosotros. Llevaba un uniforme azul celeste, de falda, con un delantal blanco con orillas de encaje. Unos calcetines enrollados en los tobillos. Mascaba un chicle con fuerza. Unos lentes de pasta roja reposaban en la punta de su nariz. 
Sostenía un lápiz y una libreta que parecía haberse caído en una taza de café. Nos miró alternativamente esperando a que dijéramos algo.

-¿Qué tiene?-pregunté

-¿de comer o de tomar?-preguntó de vuelta, reposo su peso en un pie y poso sus manos en los bolsillos del 
delantal.

-de ambos

-de comer tengo huevos revueltos, estrellados o divorciados. Tengo hamburguesas, hot-dogs, papas fritas. 
De tomar tengo café, agua, cerveza, malteadas de chocolate, fresa y vainilla ¿Qué les sirvo?

Miré a Cassy

-pide lo que quieras

-un hot-dog y una malteada de vainilla

La mesera terminó de apuntar y me miró por encima de sus lentes.

-un hot-dog y una cerveza

-enseguida vuelvo-dijo y se fue por donde había venido

Seguimos en silencio. Ella miraba hacia un punto en la mesa y yo la miraba a ella. Mordía su labio inferior haciéndolo enrojecer.

-¿estás bien?-me atreví a preguntar

-¿eh?

-¿estás bien?

-sí… sólo estaba pensando

-¿en Diana?

-sí, en Diana y… en lo que sucedió en el estacionamiento del cine

-¿qué paso?

-pues… cuando sentí que esos dos me perseguían tuve mucho miedo pero confiaba en que estarías ahí y seguí actuando… pero cuando me acorralaron, pensé que…pensé que-una lágrima resbalo por su mejilla, la limpió rápidamente

-si quieres hablamos de otra cosa

-no, no…estoy bien-suspiró-pensé que nos iban a atrapar

-yo también-admití

Ella me miró sorprendida

-en especial cuando pensé que cederías a ellos-continué

-me arriesgué, quería que se confiaran

-funciono

-lo conocía, lo reconocí

-¿al chico?

-sí, él… lo había visto algunas ocasiones con Melany

-¿Quién era él?

-no sé, pero tartamudea… mucho

-¿nervios?

-no, un problema que tiene

-¿y que te dijo?

-d-d-d-de-vuélvemelo-imito el tartamudeo

Reí levemente

-¿Qué quería que le devolvieras?

-eso mismo me pregunto yo

La mesera volvió con nuestra comida

-provecho-dijo como si fuera una grabadora

-gracias-correspondí de todas maneras

-¿sabes?... siempre quise tener una aventura, correr algún riesgo… esto no se parece nada a mi imaginación

-bueno… tendrás algo que contar cuando vuelvas

-no sé si quiera contarlo… ni siquiera sé si quiera recordarlo… o si vaya a vivir

-no digas eso

Comimos en silencio

-¿les sirvo algún postre?-volvió la mesera

-¿Qué tiene de postre?

-tengo pasteles de crema, pay de queso, helado, empanadas de mermelada de piña

-¿compartimos un pastel de crema?-me preguntó ella

-un pastel de crema y dos cafés-respondí

-un pastel de crema con dos tenedores, que romántico-ironizo la mesera mientras terminaba de apuntar para marcharse

Ambos reímos

-¿Dónde pasaremos la noche?

-no lo sé, pensé que podríamos quedarnos hasta que amanezca

-hace frío

-¿quieres mi chaqueta?

-no, no, quédatela

-¿segura?

-sí, con el café caliente será suficiente

En ese momento volvió la mesera con nuestro pastel de crema y los dos cafés

-así que ¿fugándose?- preguntó un poco menos monótona

Nos miramos y respondimos al unísono

-¡no!

-¡oh vamos! Reconozco a dos jóvenes enamorados en fuga cuando los veo, ¿creen que son los primeros 
que pasan por aquí?-respondió divertida

Nuestras mejillas se sonrojaron, bajamos la mirada.

-¡lo ven! No pueden engañarme-se señaló a sí misma- ¡si hasta se pusieron colorados!-se rio agudamente

Levanté la mirada para ver a Cassy, ella hiso lo mismo. Nos sonreímos estúpidamente. No sabíamos que decir, de pronto ya no podía pensar en nada que no fuera en mirarla.

-¿pasaran la noche conversando aquí? Si es así podría prestarles un par de mantas, en la madrugada hace frío-dijo la mesera repentinamente enternecida

-¿no sabe de algún lugar en donde podamos pasar la noche?-pregunté recuperando la calma

-uno barato no, como les dije no son los primeros que pasan por aquí, a los comerciantes les conviene-se encogió de hombros

-entonces creo que ese par de mantas nos sentarían bien-accedí

La mesera sonrió y nos volvió a dejar solos.

Tomé un poco del pastel con mi tenedor y lo llevé a la boca de Cassy, ella atrapo el bocado entre sus labios y lo saboreo

-esta rico ¿quieres?

Sin esperar mi respuesta hiso lo mismo que yo acaba de hacer.

Cuando solo quedaba un pequeño trozo, que acababa de darle en la boca a Cassy, volvío la mesera con dos mantas gruesas en los brazos

-bien, me equivoque, un pastel de crema con dos tenedores si puede ser romántico-nos entregó las mantas-emm-dudó-en la parte de atrás tenemos unos cuartos, antes los rentábamos pero ya no, están descuidados, algo fríos pero… pueden quedarse ahí esta noche si quieren. No les cobraremos nada. Y el auto pueden dejarlo, lo vigilaremos

Miré a Cassy y noté sus ojos cansados. Acepte.

El cuarto, en mejores condiciones, era chico. Efectivamente estaba descuidado. Mediría alrededor de 5 x 3 metros. Tenía dos camas individuales, con colchonetas y base de aluminio. El papel tapiz de las paredes se caía a pedazos. Una cortina rosa fucsia, cubría la única ventana, que era pequeña y tenía un vidrio rayado pero sólido. Del techo colgaba un foco desnudo y la adornaba una gran mancha de humedad. El suelo crujía bajó nuestros pasos. Había también una mesita de madera clara en un rincón, era muy baja y tenía un solo cajón descuadrado, la madera que la cubría estaba levantada por la humedad y tenía rayones y las esquinas abolladas, pero se mantenía en píe. Cassy se sentó en una de las camas y está crujió bajo su peso. Me acerque a la mesita y abrí el cajón, había una cajetilla vacía de cigarros y un lápiz sin punta.

Juntamos ambas camas para compartir cobijas. Apagamos la luz, nos acostamos con lo que teníamos puesto. Dejamos los zapatos arriba de la mesita para que ninguna alimaña se metiera en ellos durante la noche. Colgamos nuestros dos abrigos en los ganchos que había en la pared. Mirábamos al techo, cada quien inmerso en sus pensamientos. Pensaba en Bill y en Andy ¿Qué habrá pasado con ellos? No han llamado. También pensaba en lo que dijo aquel chico “devuélvemelo” ¿Qué cosa buscará?


Cassy se recostó sobre mi pecho y todos los pensamientos que se arremolinaban en mi cabeza se esfumaron sin dejarme reclamar.
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 Bueno quizá no esta tan largo pero... que lo disfruten.
Les quiero agradecer por permanecer otro año más leyendo mis historias, se los agradezco mucho. Las quiego! 

jueves, 26 de diciembre de 2013

CAPITULO ESPECIAL

Bueno, como se los prometí las compensare con un capitulo especial. Se los iba a subir antes pero no estaba satisfecha así que lo agrande mas jaja 2,582 palabras chicas. Iba a subirlo el 24 o el 25, por la fecha ya saben peero aaayyy.... esa familia acaparadora que no me dejo, pase una navidad feliz aunque común... tan común que casi no me supo a navidad jaja ¿que tal pasaron ustedes Navidad? por si se lo preguntan asi se la pasaron los personajes de la historia:
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CAPITULO ESPECIAL DE NAVIDAD
Cassy, de puntitas, trataba de poner una esfera dorada en la parte alta del árbol. Bill colgaba cuatro botas rojas de fieltro, nuevecitas, a las que les había puesto el nombre de cada uno con pintura inflable de colores. Andy disolvía el chocolate de pastilla en una olla con leche. Tom colgaba escharcha, coronitas y muérdago alrededor de las puertas.

El olor del chocolate, las velas aromáticas, y el fresco olor del pino inundaban la casa.

El día anterior habían ido de compras navideñas, Bill estaba muy emocionado jalando a Cassy de tienda en tienda, viendo todo a detalle y escogiendo lo que les parecía ideal. Andy y Tom, embargados por el espíritu navideño y la alegría de sus compañeros, cargaban las bolsas y les seguían sin rechistar. Incluso en algún momento ellos mismos se habían dirigido por cuenta propia a alguna tienda.

 Habían comprado el árbol de navidad, las velas, la decoración, una corona para la puerta, las botas, tiras de luces y focos de colores, cojines decorados de navidad e incluso un mantel y portavasos de colores de la época.

Habían compartido experiencias de niños en cuanto a navidades, esa nostalgia y alegría que les provocaban esos recuerdos los llevaron a comprar la cena de nochebuena y regalos.

Habían pedido un pavo, un jamón, ensalada, un pastel, puré de papas y lasaña. Ellos se encargarían de hacer el ponche y de hacer un vino caliente. También habían horneado su intento de galletas navideñas, unas más quemadas que otras, unas más deformes que otras, unas con más azúcar que otras, pero todas con la buena intención.

Se habían comprado regalos unos a otros y los habían envuelto con papales brillantes. En cuanto el árbol estuviese terminado pondrían los regalos debajo, junto a ese trenecito que Bill había insistido en comprar, que daba vueltas y vueltas alrededor y, de cuando en cuando, chiflaba “chu chu” .

-¡ya está el chocolate!-gritó Andy desde la cocina- ¿les sirvo una taza?

-si, por favor-dijeron los tres embriagados por ese cálido aroma

Andy tomó un cucharon del cajón y comenzó a llenar cuatro tazas con dibujos de santa Claus.

-¿así se ven bien las botas?-preguntó Bill indeciso, mirando con ojo crítico la posición ligeramente inclinada de las botas

-sí, así me parece bien-dijo Cassy después de analizarlas con atención. Como si el asunto fuera muy importante

Tom se bajó de la silla, de donde estaba subido para colgar el último muérdago. Se acercó a su hermano y a la chica y observó como había quedado la sala.

En ese momento el rubio los acompañó, llevaba entre las manos una bandeja con cuatro tazas de chocolate humeante. Todos tomaron la suya. Rodearon sus tazas con las manos para impregnarlas de su calor. 
Aspiraron el chocolatoso aroma hasta que los envolvió con su dulce calidez. Le soplaron con delicadeza y degustaron el primer sorbo con cuidado.

Los ojos claros de Andy se pasearon por toda la decoración.

-buen trabajo chicos, quedo muy bonita su decoración-les felicitó a la vez que asentía la cabeza con aprobación

-gracias-contestó Tom por todos

-solo falta poner la estrella-añadió Cassy

Los cuatro pares de ojos se clavaron en la punta del árbol, estaba vacía.

-pues pongámosla-El gemelo menor y el rubio dejaron sus tazas en la mesita frente al sillón, los jóvenes enamorados, shhh es un secreto, le siguieron.

Acercaron la silla que fue utilizada antes por Tom y la pusieron frente al árbol. Bill le paso la estrella a Cassy. Era una estrella común, de cinco picos, una estrella color plata-azulado, que titilaba con el reflejo de la luz.

Andy le tendió la mano a la joven de forma caballerosa para ayudarla a subir. Ella la tomó con confianza y su suave piel acaricio la palma del otro, quien la tomaba con firmeza para que no fuera a caer. Ese contacto enloqueció al chico, pero no al chico rubio que la tenía tomada, sino al chico que los miraba atentamente desde el otro lado: Tom.

Cuando Cassy tuvo estabilidad estiró los brazos en alto para alcanzar la punta del árbol. Una franja de piel se asomó por donde su suéter color violeta se alzó. Los tres pares de ojos masculinos se posaron inevitablemente en esa franja  de apetecedor tacto. Cassy, concentrada por poder colocar la estrella en su lugar, se estiraba un poco más. La franja crecía mostrando la parte baja del ombligo y sus caderas con más detalle. Las miradas bañadas de testosterona se agrandaron y fijaron con firmeza. Las curvas de sus piernas se marcaban bajo su pantalón y las manos les empezaban a cosquillear, a cosquillear por puras ganas de acariciar esa piel descubierta.

Tom tragó duro, empezaba a tener calor. Andy se movía incomodo sin poder despegar la vista. Bill por el contrario, no había perdido el interés en la piel de la chica, pero si había disminuido al notar el brillo lujurioso en los ojos de sus amigos. Se sentó en el sillón observando la escena que tanta gracia le hacía. Cassy ajena a las miradas intensas de sus compañeros, tratando de alcanzar la punta del árbol en una posición de lo más inocente, pues de puntillas, con la mirada sujeta a su destino, los brazos estirados y la lengua apretada entre sus labios a causa de la concentración, no intentaba seducir a nadie.

Cassy se tambaleo sobre la silla al intentar alzarse más. Claro que ni Tom ni Andy lo notaron, estaban muy ocupados intentando tranquilizarse, tratando de mantener la vista puesta en la chica y fulminándose con la mirada. Bill se levantó de inmediato y sujetó, con sus fuertes manos, la cintura de la joven, quien suspiro de alivio al verse salvada.

-cuidado linda-dijo tratando de provocar a los dos anonadados

-gracias, eres mi salvador-contestó ella siguiéndole la corriente sin darse cuenta todavía de la situación. Le depositó un casto beso sobre la frente al pelinegro y este se sonrojo débilmente ante el gesto.

La quijada de los otros dos cayó hasta el suelo.

Cuando Cassy volvió a su labor, Bill siguió sujetándola. Miró a su hermano y a su amigo con la expresión burlona y subió y bajó las cejas repetidamente, la pregunta silenciosa “¿ya vieron como se hace?” flotó sobre los ofendidos.

Cassy dio un pequeño saltito que tomo desprevenidos a los otros tres, sólo de esa forma pudo alcanzar la punta del árbol para colocar la estrella. Se giró sobre sí misma, todavía tomada de la cintura por las manos de Bill, los miró divertida.

-claro como a ustedes, tipos altos, no les queda enorme el tamaño del árbol- los miró acusadoramente.

Los chicos, al querer disimular el estado en que los encontró al girarse, comenzaron a reír, quizá más nerviosamente de lo que debieron.

El timbre interrumpió el silencio.

-¡yo abro!- Dijeron los tres queriendo huir de ella y su mirada analítica

-oye

Tom, se giró ante el llamado, su hermano y su amigo peleaban por llegar a la puerta primero

-¿me ayudas a bajar?

No respondió. Se acercó y le ofreció sus manos. Ella no las tomó… se apoyó en sus hombros para dar un salto. Tom la atrapó en el aire, rodeando su cintura con los brazos mientras ella hacia lo mismo en su cuello.

Le dio una vuelta, le encantaba sentir su risa amortiguada en la curva del hombro y el cuello.  A la mierda lo demás, lo que sentía estando con ella no se podía comparar con nada, tenía que aprovechar todo momento con ella.

Unos grititos de emoción interrumpieron su momento romántico. Andreas y Bill entraban, en el mismo momento en que Tom dejaba a Cassy en el suelo, con los brazos cargados de los deliciosos platillos que habían encargado para esa Noche Buena. El olor de cada guisado era espectacular. La pareja, enamorada, corrió a ayudarles a llevar todo a la mesa. Era hora de cenar.

Amontonaron todo al centro de la mesa, llenaron unas copas con vino, colocaron platos y cubiertos y se sentaron en sus respectivos lugares. Tom en medio de Bill y Cassy y con Andreas enfrente. Era una mesa pequeña, muy pequeña, de únicamente cuatro lugares. Y Bill había comprado cojines para las duras sillas, ya que alegaba que su traserito no tenía por qué sufrir en dichas sillas mal hechas.

-provecho

Hasta que sus estómagos no pudieron más dejaron de comer.

-vaya…estuvo delicioso-dijo Andy sobando su barriga satisfecha

-fue buena idea comprar la cena ahí, ya decía yo que la señora tenia cara de buena cocinera-continuó Bill

-el postre también estuvo riquísimo-terció Cassy

-¿quieren abrir los regalos? Calentare un poco de vino con especias para dormir bien después de tanta comida-agregó Tom bromeando.

En una olla colocó canela, clavo, cascaras de naranja, anís estrella y azúcar morena. Prendió fuego y vacío vino tinto, un buen vino tinto. Unos minutos más tarde ya estaban todos con una taza de aquel vino especiado, y ansiosos por recibir y dar su regalo.

Bill había recibido, por parte de su hermano, unas botas fabulosas, negras y relucientes, totalmente de su estilo. Por parte de su amigo había recibido un par de camisetas típicas de él. Y por parte de Cassy había recibido una bonita libreta negra, con una pluma, podría llevarla todo el tiempo en el bolsillo, a él le gustaba escribir y dibujar, le ayudaba a despejarse y, al parecer, Cassy lo había recordado cuando compraba su regalo.

Andreas había recibido por parte de Tom una gabardina azul, muy elegante y bonita. Por parte de Bill había recibido un par de tenis para que saliera a correr como tanto le gustaba. De parte de Cassy había recibido tres revistas de comics de Batman, al parecer, ella no había olvidado cuando el menciono su fanatismo infantil por aquel súper héroe de ciudad gótica.

Cassy había recibido por parte de Bill el par de zapatos rojos a los que les había echado un ojo cuando lo acompaño a comprar los tenis de Andreas. Andreas le había regalado un precioso vestido blanco que llegaba hasta las rodillas, un vestido que había captado su atención mientras le ayudaba a comprar las camisetas que le regalo a Bill. Tom le había regalado una bonita cadena de plata que tenía un colgante de oro blanco en forma de gotita, que desde que la vio en la joyería le había encantado para ella.

Tom había recibido por parte de su hermano un paquete de cuerdas para guitarra, de las buenas, una funda para guitarra de material resistente y un paquete de plumillas, todo eso para que su hermano mayor pudiera tocar la guitarra de nuevo, una que tenía guardada y olvidada. Andreas le regalo cinco pares de gorras diferentes, para su colección, y un par de calcetines. Y de parte de Cassy había recibido un paquete de dulces con una tarjeta, en su defensa dijo que no había dado señales de algo que quisiera recibir de regalo, aunque Tom sabía que no era verdad pues la tarjeta decía “te entrego tu verdadero regalo luego”.

-bueno pues hagamos un pequeño brindis-sugirió el rubio

-me parece bien, solo déjame servirme más-Tom señaló su taza y se levantó para ir a la cocina a llenarla de nuevo

-¿traigo nuestras galletas?-preguntó Cassy

-¡sí!-contestó emocionado el gemelo menor al recordarlas

Cuando Cassy desapareció en la cocina, por donde hace unos segundos había desaparecido Tom, Bill le preguntó en voz baja a Andy.

-¿soy yo o entre ellos hay algo?

-no, no eres tú, yo también lo he notado-contesto cómplice

-¿crees que se gusten?

-no. Yo creo que están enamorados

-vaya… cuando salgan hay que pararlos en la puerta

-¿para qué?

Bill señaló hacia arriba y Andy pudo ver el ramillete de muérdago que colgaría sobre la cabeza de ellos. 
Asintió con una sonrisa traviesa.

Antes de que llegaran leyeron rápidamente lo que decía la tarjeta de regalo de Tom, al pendiente de no ser descubiertos. Se guiñaron un ojo cuando los oyeron regresar. Apenas un pie había cruzado el marco de la puerta cuando los pararon de golpe con un grito.

-¡alto!

-¡deténganse ahí!

-¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué pasa?

Ambos señalaron hacia arriba. Las dos miradas sorprendidas siguieran la trayectoria de su dedos divertidos y apreciaron aquel muérdago

-tienen que darse un beso-declaró Bill

-pero…

-es la tradición-le apoyo Andy

Ambos se miraron con las mejillas sonrojadas. Hicieron el platón de galletas y la taza de vino a un lado para no tirarlos al acercarse. Se lamieron los labios sin dejar de ver los del contrario. Y… se acercaron…y un poco más…un poco más… un poquito más… ya casi… y juntaron sus labios, sin profundizar, sin abrir los labios para da paso a lenguas traviesas, sin mover los labios. Solo 8 segundos de contacto. Luego aplausos y risas divertidas estallaron. El sonrojo en sus mejillas no desaparecía, ni ese calorcito agradable, ni esas cosquillitas molestas en la boca del estómago, tampoco sus sonrisas bobas. Andreas estaba en lo cierto cuando dijo que estaban enamorados, Bill acababa de constatarlo.

-bueno… brindo porque, a pesar de todo, pudimos festejar una navidad más- empezó Andy

-yo brindo porque esa Navidad más la festejamos con salud y, no lo nieguen, con buenos ánimos-le siguió Bill

-yo brindo porque congeniamos como amigos y así hemos seguido-continuó Tom

-yo brindo porque se me concedió pasar festejar otra Navidad y porque fue con unos excelentes amigos que no pensé que iba a encontrar- les regaló una hermosa sonrisa

-¡salud!-dijeron y chocaron sus tazas con alegría. Se dieron abrazos  y, juguetonamente, se las arreglaron para poner a Tom y Cassy bajo otro muérdago.

Veinte minutos después Andreas y Bill se estaban abrigando para salir.

-¿seguros que no quieren ir a ver los fuegos artificiales?-preguntó Bill por última vez. Todos conocían la respuesta

-no, gracias

Todos sabían que esa sería la contestación, todos sabían que Tom quería recibir el regalo de Cassy a solas, y esa precisamente era el motivo de su salida a ver los fuegos artificiales, solo preguntaban para no verse tan obvios y poder dejarlos solos sin que ellos se avergonzaran.

-bueno, entonces volveremos más tarde

-hasta luego

Se despidieron.

Cuando estuvieron seguros de que ellos habían partido…

-¿y bien? ¿Dónde encuentro mi regalo?-cuestionó Tom

-iré a buscarlo al cuarto-dijo Cassy y se fue

Tom abrió la caja de dulces y probo uno, era de vainilla.

-¡Tom! ¡ya puedes venir a abrir tu regalo!

Tom se levantó de un salto y fue en su búsqueda. Al llegar al cuarto se quedó petrificado. Si esto hubiera sido una caricatura los pies de Tom habrían flotado, sus ojos se habrían salido de sus orbitas con la forma de un gigantesco corazón, su quijada habría tocado el suelo y su larga lengua habría salido disparada cual resorte.

Cassy le espera vestida solo con un conjunto de lencería de encaje color azul, un conjunto muy provocativo y seductor. ¡ah! Y claro un lazo en moño al cuello de color rojo pasión.

-¿alguna vez te he dicho que el color azul es mi preferido?

Cassy le dijo con el dedo que se acercara

-¿alguna vez te dije que me encantan tus pantalones?-preguntó Cassy con voz suave

-¿mis pantalones?

-sip, se ven tan bien en el piso del cuarto- le guiño un ojo y rio ante la reacción de Tom, a quien sin poderlo evitar se le abrieron los ojos y se le dibujo una sonrisa de oreja a oreja.

Y así… entre beso, prenda y caricia se desearon unas felices fiestas.


FIN
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Bueno, lo pidieron de navidad, lo hice de navidad. Lo pidieron con mucho amor y celos, sin pelas, así lo hice. Solo espero que fuera lo que esperaran que las haya sorprendido y por supuesto que les haya gustado :). nos leemos pronto Las quiego!! y Feliz Navidad!! espero que la pasaran muy bien.

lunes, 23 de diciembre de 2013

Capitulo 20

Ya volví :3  Mi computadora tuvo arreglo y pues... a seguirla!!
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Bill tiró de mi brazo sin importarle que el resto de las palomitas cayeran al suelo. Levante a Cassy con fuerza para poder seguir los pasos apurados de Bill. Unas cuantas personas nos gritaban que nos calláramos, los ignoramos.

-Bill, ¿Qué pasa?-lo detuve a mitad del pasillo de las salas

-alguien nos siguió, tenemos que sacarla de aquí ¡de prisa! No sabemos cuántos son, Tom, ni si están o no armados

No pregunte más. Tomé fuertemente de su mano y seguí a Bill hasta la parte de atrás del cine, en donde, nos esperaba Andy con el teléfono en el oído

-Andy-lo llamé

Me miró y colgó tras un último “ya están aquí” a la persona al otro lado de la línea

-Tom, escucha… quieren extorsionarnos

-¿extorsionarnos?- repetí confundido

-quieren a Cassy por Diana

-¡Diana!-Cassy se tapó la boca ahogando un grito mayor de preocupación

-no-dije

-¡Tom, tienen a Diana! ¡Tienen a mi hermana! ¡Entrégame!

-¡claro que no! ¿Estás loca? ¡Tengo que protegerte!

-¡es mi hermana!

-¡te van a matar!

-ponte en mi lugar, si te dijeran a tienen a Bill y lo dejarían libre si tú te entregaras ¡de inmediato habrías accedido!

Me quede callado, no sabía que decir simplemente porque… tenía razón

-Cassy, vamos a recuperar a tu hermana sin ponerte en peligro ¿de acuerdo?-Andy trato de tranquilizarla sin mucho éxito

-esto es mi culpa, es todo mi culpa-sollozó contra el pecho del rubio

-no, no lo es-le acariciaba el cabello con paciencia

-¿Cuál es el plan?-interrumpí

-negociar-me respondió Bill

-¿aquí? ¿ya?

-no, queríamos negociar mientras tú te llevabas a Cassy a un lugar seguro-me dijo en tono más bajo, inseguro por la reacción de Cassy, quien aún abrazada a Andy nos miraba con atención, tratando de enterarse de todo el plan

-¿Qué van a negociar?

-ya veremos, pero ustedes tienen que salir de aquí sin que los vean-dijo Andy separándola delicadamente 
para que huyéramos

-¿Cómo vamos a salir sin que nos vean?-preguntó Cassy desesperada

-tienen que salir por la parte de enfrente, ellos esperan que huyamos y ustedes tienen que disimular, aparentemente tienen identificada a Cassy pero no a quienes la acompañamos-continuó

-es muy arriesgado- no estaba convencido, para nada convencido-¿Cómo supiste que..?

No me dejo terminar

-me llamaron, no sé como consiguieron el número, pero me llamaron y me dijeron que si no les dábamos a Cassy matarían a Diana, que ya la tenían en su poder y sabían donde estábamos. Me dijo ciudad, dirección del departamento, nombre y dirección del cine, numero de sala y nombre de la película, lo saben todo Tom. Todo-recalcó, sabía a lo que se refería

-saldremos como si nada, me dirigiré al departamento para confiarlos y luego saldremos sin que se den cuenta

-Tom-Bill habló de pronto-mantén tu teléfono prendido y a la mano en todo momento y no lo contestes a menos de que seamos Andy o yo quienes te llamemos

Asentí con la cabeza

-y prométeme que tendrás mucho cuidado y que…

Le interrumpí cuando le di un abrazo

-no te preocupes hermano, estaré bien, cuando menos te lo imagines ya estaremos de vacaciones de 
Navidad, cenando junto a la familia y abriendo los regalos, completamente fuera de peligro alguno, al igual que Cassy, Andy y Diana

Me sonrió aún con la impotencia en su mirada. Terminó asintiéndome débilmente con la cabeza. Tragó saliva y me dejo ir.

Me detuve antes de alejarme mucho, me giré y mis ojos se encontraron de nuevo con los de Bill

-Bill, tu también cuídate mucho

Asintió de nuevo. Andy le dio una palmada de consuelo en el hombro.

Siempre me ha costado estar tranquilo cuando, en situaciones de peligro como esta, me separo de Bill, de mi hermano, de mi gemelo.

Tomé la mano de Cassy para que pudiera seguir mi ritmo, sentía las zancadas que daba para ir a mi lado. Cuando el barullo de la gente que se encontraba en la entrada del cine, ajena a todo, llegó a mis oídos, la solté.

-Vete por esas escaleras y dirígete hacia el estacionamiento subterráneo, te seguiré de cerca. Has como que no me conoces, no me mires si quiera.-le dije en voz baja

Ella asintió con la cabeza débilmente, percibí el delicado temblor que invadía su cuerpo cuando se dio la media vuelta y bajo, fuertemente agarrada de la pared, las escaleras hasta llegar a la entrada del cine.

Dos chicos comenzaron a seguirla. Yo seguía donde mismo, siguiendo sus pasos con la mirada, cada detalle, sin perderla de vista. Cuando vi una distancia prudente los seguí. Cassy caminaba tensa, sabía que la estaban siguiendo, pero aun así no se giraba para comprobarlo o para asegurarse que estuviera ahí, protegiéndola. 
Ella me hacía caso.

La vi dirigirse al ascensor. Presionó el botón y esperó a que la puerta se abriera, estaba tardando. Pasó su peso de una pierna a otra, desesperada y tratando de disimular tranquilidad. Lo estaba logrando, los chicos que la seguían se detuvieron distraídamente en un escaparate de la tienda al lado del ascensor, esperando a que se abriera y pudieran acorralarla.

No podía permitirlo, pasé a su lado y la golpeé suavemente con el hombro para llamar su atención. Ella se giró, sobresaltada

-disculpe-dije y camine, bajo su mirada por las escaleras que se encontraban enseguida del ascensor.

Por el rabillo del ojo note como miraba el reloj en su muñeca, mostrando desagrado por la tardanza del ascensor. Luego se dirigió a las escaleras, por donde le había indicado.

Cuando oí sus pasos puse mi teléfono en mi oído y me giré hacia la pared, disimulando hablar con alguien. Pasó un poco más lento por mi lado para que la notara. No pasaron ni dos segundos cuando el par de chicos siguieron sus pasos.

Apenas desaparecieron tras los pasillos repletos de carros, caminé sigiloso hasta dar con ellos.
La habían alcanzado, intentaban intimidarla… y lo estaban logrando. Uno de ellos, tomo su muñeca y la detuvo cuando quiso huir, no escuche lo que le dijo pero, a juzgar por la cara que puso Cassy, podría jurar que lo reconoció y que no le gustó nada lo que le dijo.

-señorita ¿la están molestando?-interrumpí

Cassy abrió y cerró la boca, sin saber que decir.

-somos amigos, sólo estamos hablando-contestó el otro chico por ella

-¿señorita?-insistí

-te dije que somos amigos, ¡lárgate!-volvió a responder el mismo chico

Caminé un paso hacia ellos y se pusieron a la defensiva. La muñeca de Cassy seguía apresada entre las manos de ese tipo

-está bien- la voz casi inaudible de mi protegida se dejo oir para mi sorpresa

Fruncí el ceño ¿Qué demonios…?

No había terminado mi pregunta mental cuando Cassy se escabulló de su agarre y corrió despavorida hacia el lado contrario a nosotros, quienes sin esperárnoslo, tardamos en reaccionar.
Cuando quisieron seguirla, me lance encima de ellos hasta dejarlos inconscientes a ambos sobre el frío suelo. Corrí hasta donde ella estaba escondida. Tomé su mano con fuerza y la guíe hasta un carro, algo viejo, que estaba estacionado a pocos metros de la salida

-¿Qué haces?

-huir. Súbete

-¿te robaras un carro?-dijo incrédula

-lo devolveré, súbete ahora si no quieres que nos atrapen

Nos subimos. Le hice un puente rápido para encenderlo y salimos disparados por la carretera.
Cassy seguía temblando sobre el asiento. Apreté su pierna con cariño en señal de apoyo.

-todo saldrá bien

- eso espero

Cuando pudimos divisar el edificio de departamentos donde nos estábamos quedando, pudimos divisar también, para nuestra mala suerte, tres carros negros estacionados alrededor de la calle.

No tuve que decirle nada a mi compañera, ella misma se escondió bajo el asiento, resignada. Tuvimos que pasar de largo, no podríamos recoger nada nuestro, tendríamos que vagar hasta encontrar un lugar donde pasar la noche.

-Tom-susurró todavía debajo del asiento

-¿Qué pasa?-no desvié mi vista del camino

-¿estarás todo el tiempo conmigo?

-claro que sí, eso no lo dudes


-Tom… gracias
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en un ratito les subo su capitulo especial ;)

jueves, 12 de diciembre de 2013

Hola!

Yo se que no me he pasado por aquí pero es que descompuso mi compu y perdí los capitulos T_T así que tengo que volver a ponerme al corriente y no podía porque andaba en las semanas mas pesadas de la escuela: exámenes finales y presentación de proyectos, así que en cuanto recupere los capítulos volveré.
Por mientras (aprovechando que volveré a escribir otra vez lo que tenia listo ¬¬) ¿les gustaría algo especial? no se un capitulo especial por navidad, una escena que les gustaría que pasara o algo así... no se, lo que se les ocurra, para recompensarlas :3
Me dejan su comentario con su propuesta de recompensa
las quiego, gracias por su paciencia!

domingo, 24 de noviembre de 2013

Capitulo 19

capitulo para ustedes
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-¿compramos palomitas grandes para compartir?

-si vamos a compartir que sean las gigantes

-no, mejor compremos unas pequeñas para cada uno

Uno de los momentos más difíciles cuando vas al cine, aparte de escoger la película, es decidir el tamaño de las palomitas o de lo que vayas a comprar

-mejor compremos nachos

-no, los nachos no nos duraran toda la película

-hay un paquete de dos palomitas grandes con dos refrescos grandes, podemos compartir dos y dos

-¿también los refrescos?

-¡ay no! Yo no dejare que tomen de mi bebida

Llevábamos cerca de diez minutos, quizá más, discutiendo esto

-a ver-intervine- que quieren comer

-palomitas

-palomitas

-nachos

-pues cómprense lo que quieran cada uno y ya, si alguno no se ve capaz de terminárselas compartan y ya ¿Cuál es el problema?

-bueno… pero ¿y si se me acaban los nachos antes de tiempo?-preguntó Bill con una mirada que rebosaba inocencia

-Bill… vamos a ver una película de zombis… no creo que vayas a tener apetito toda la película

Unos minutos más de discusión y terminamos por formarnos en la fila de las palomitas listos para comprar

-buenas noches, ¿Qué les doy?-una joven muy, pero muy parecida a Lea, mi ex novia, nos atendió, con una sonrisa resplandeciente

-me das unos nachos, unas palomitas gigantes, unas palomitas medianas de caramelo, unas gomitas, dos refrescos de coca-cola, uno de manzana y otro de limón

-¿algo más?

-sí, y un chocolate con nueces

Al final, película con zombis o sin zombis, no nos había retirado el apetito  a la hora de comprar

Cargados nos metimos en la sala y ahí viene el momento de elegir el lugar.

-más arriba

-no, no tanto

-en medio

-aquí ya-me metí en la fila más próxima con asientos vacios, igual no había mucho de donde escoger. Por suerte de ahí se veía genial la pantalla.

Nos sentamos en este orden: yo me senté primero, Cassy enseguida de mi, luego Bill, y al último Andy

Las palomitas gigantes eran para Cassy, Bill y yo. Las palomitas de caramelo para Andy. Los nachos para Bill, las gomitas para Bill y el chocolate para Andy.
Andy se decantaba por lo dulce, nosotros no tanto.
Los refrescos de Coca- cola eran para Bill y para mi, el de manzana para Andy y el de limón para Cassy

Después de quince minutos de comerciales empezó la película. La trama no era muy diferente a la de todas las que contienen zombis. Un virus, que venía de las semillas que consumía una población, los convirtió en zombis, los que no habían quedado infectados intentaban protegerse mientras buscaban un remedio a la enfermedad y cuidaban a un niño que, curiosamente, era inmune a dicho virus. Era todo tensión. El pobre inocente no sabía muy bien de que iba la cosa porque era muy pequeño, y los zombis los atacaban y otros que no estaban convertidos querían matar al niño para beberse su sangre y ser inmunes también, así que el niño y los protagonistas tenían que huir, cuidar al niño, defenderse y buscar el antídoto… pufff

Eche un vistazo rápido hacia el lado. Andy y Bill estaban completamente metidos en la película. Así que podría…

Tome la mano de Cassy y ella me acepto.

-Tom-oí que Bill me llamaba sin despegar la mirada de la escena

-¿Qué?

-¿A dónde va Andy?

Cassy y yo nos giramos hacia donde se supone tenía que estar el rubio

-y yo que sé, tu lo tienes enseguida

-pro se fgue coguento

-¿Qué dijiste?

Se tragó las gomitas que tenía en la boca

-que se fue corriendo

-quizá tenía que ir al baño

-iré a ver si está bien

-ok

Me volví a acomodar en mi asiento apretando mas la mano de Cassy

Ahora en la película estaba una escena muy sangrienta de matanza en donde iban ganando los zombis y era bastante grotesco. Mire por el rabillo del ojo a Cassy, ella miraba con extraño interés el bote de palomitas

-¿están interesantes las palomitas?-bromeé

-más interesantes que el banquete que se dan los zombis si

-¿no te gustan?

-en realidad no… vi tan emocionados a Bill y a Andy que no pude negarme

-¿Por qué no te gustan?

-me da cierto repelús cuando se comen a la gente

-no te gusta cómo se comen a la gente

-no

-¿y si yo te como a ti?

-¿Qué?

-sí, mira empezaría por los deditos

Tome su mano y estire sus dedos. Besé el índice y el corazón. Luego me los metí a la boca. Luego los saque y bese sus nudillos, el dorso de su mano y el interior de su muñeca.

Ella me miraba atenta y podría jurar que escuchaba el latir acelerado de su corazón.

Subí por su brazo, acariciando su piel con mis labios y la punta de mi lengua. Ella dejó salir una risita y yo sonreí contra su hombro, en donde deposité un pequeño mordisco. Con su mano, que aun tenía tomada, hice que rodeara mi cuello y metí mi cabeza en la curva de su cuello y su hombro. Le di pequeños mordisquitos mientras hacía ruiditos parecidos a gruñidos. Ella se reía tratando de liberarse de mi agarre y yo la sostenía más fuerte mientras le hacía cosquillas y seguía haciendo como si me la comiera.

De pronto sentí unos golpecitos un tanto desesperados en mi hombro. Me giré y vi a Bill ahí parado con una expresión de alarma muy inquietante. Nos separamos y le miramos.


-Tom, tenemos que irnos ¡ahora!
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chan chan chan chan chan chan.... pronto viene la acción!!
son unas linduras con sus comentarios ¡gracias!
les mando un beso y abrazo hasta donde estén. Las quiego

martes, 19 de noviembre de 2013

Capitulo 18

les dejo el capitulo :) espero que les guste
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Íbamos en el auto, no sabíamos donde había un cine así que estábamos perdidos dando vueltas por todos lados buscando uno. Andy iba al volante, no me había dejado conducir a mí. Bill y Cassy iban en los asientos de atrás platicando de lo más despreocupados.

-… y en eso llega mi mamá y abre la puerta del armario…-le platicaba Bill mientras Cassy le escuchaba atentamente, mordiendo su labio en un intento de reprimir su risa-… y ¡zaz! Que se caen… se quedaron tirados a sus pies, yo parado en la puerta sin saber si correr o no y mi mamá con los ojos así-abrió los ojos desmesuradamente imitando a nuestra madre en ese momento y Cassy se empezó a carcajear hasta retorcerse en el asiento. Bill la imitó.

-Bill… deja de contarle eso-le regañe

-¿Por qué? ¡La historia esta buenísima! Eres el protagonista de las historias más graciosas que conozco

-precisamente por eso-refunfuñe

Porque efectivamente el protagonista de la historia que Bill le contaba a Cassy era yo, y el motivo de sus risas era mi “aventura”, una muy, muy vergonzosa. Esa cuando tuve que esconderme en el armario junto a una amiga, ambos en ropa interior, para que mi mamá, que llegó de improviso, no nos descubriera en pleno acto. Terminé siendo descubierto, a pesar de los intentos de Bill por protegerme cuando se dio cuenta de algo iba raro al llegar a casa junto con mamá.

-oh Tom, eras todo un pillo-dijo Cassy en un paréntesis entre risa y risa

-no, espera a que te cuente la mejor parte-la detuvo Bill

-Bill…no-le advertí

-cuando se encararon a mi mamá ella…

-Bill-le advertí de nuevo

-…ella los miró de pies a cabeza y lo único se le ocurrió hacer fue preguntar ¿Qué estaban haciendo?, a pesar de que estaban semi desnudos, estaban solos en casa y ambos tenían los labios hinchados y luego Tom…

-Bill si no te callas…

-…le dijo “… emmm… estábamos…”

No le dejé terminar, me abalancé hacia los asientos traseros, caí sobre Bill y empezamos a pelarnos, yo intentaba hacerlo callar y el se revolvía tratando de continuar hablando.

-…el…di…jo…¡AH!...dijo…que…-Bill seguía intentando hablar y yo seguía haciéndolo callar

-¡Cállate!

Cassy estaba pegada a la puerta, lo más lejos posible de nuestro forcejeo, intentando huir de cualquier golpe inesperado

-¡AH! ¡ya por favor!-Gritó Andy, le había metido una patada en el hombro sin querer.

Frenó en seco, haciendo que nos abalanzáramos bruscamente hacia adelante. Chocamos contra los asientos delanteros y nos quedamos quietos. El silencio se hiso presente unos segundos antes de que Andy explotara.

-¡quieren estarse quietos de una puta vez! ¡PARECEN UN PAR DE MOCOSOS INFANTILES! ¿¡que no son capaces de madurar?! ¡¿nunca pueden comportarse como hombres de su edad?! ¡se pelean por cada estupidez! ¡pudimos haber tenido un accidente!

Bill y yo nos desenredamos y nos incorporamos como pudimos. Los tres nos quedamos callados viendo como las mejillas de Andy se inflaban de furia y se enrojecían de desesperación.

-lo siento-Cassy fue la primera en hablar después de que Andy se callara. Tenía la cabeza baja y miraba sus manos con remordimiento-no volverá a pasar Andy-levantó la mirada, firme

-gracias-le dijo Andy- ¡gracias!-gritó al cielo-¿porque ustedes no pueden ser como ella?-nos preguntó

-lo siento Andy-dijimos los dos al unisonó- solo estábamos jugando

-me siento como su papá-dijo por lo bajo volviendo a poner el auto en marcha

Los tres nos quedamos en el asiento trasero, quietos, callados y tranquilos. Yo en medio de mi hermano y Cassy, miraban por la ventana y yo miraba hacia el frente.

-Cassy-susurró Bill de repente

-¿Qué?-susurró Cassy de vuelta

-¿te cuento algo?

-si

-es un secreto eh

-cuéntame

Me sentía estúpido. Muy estúpido en medio de ellos dos, hablándose en susurros. Como si yo no pudiera escucharlos y estuviera pintado. Hice mi cabeza hacia atrás cuando Bill y Cassy se juntaron sobre mi pecho para hacer más claro el intento de confidencia entre su plática. Era tan patético que no sabía a dónde irme. Me sentía estúpido, un estúpido estorbo entre ellos.

-Tom le dijo a mi mamá que se estaban probando su ropa-dijo tan rápido que tarde un poco en reaccionar

-¡¡¡BIIIILLLLL!!!!
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.
.

Encontramos un cine, había gente pero no estaba atiborrado. Las luces amarillas parpadeaban por toda la entrada y el olor a palomitas se percibía desde el estacionamiento.

Andy y Cassy estaban frente a la cartelera escogiendo una película. Bill y yo estábamos sentados en la banqueta, ignorándonos mutuamente. De brazos cruzados y con el cuerpo adolorido.

Después de que Bill le terminara de contar la historia, Mi historia a Cassy, y de que yo perdiera el control…de nuevo…Andy había parado el carro, se había bajado hecho un mar de enfado, sin importarle que se haya estacionado en una zona prohibida y el resto del trafico nos hubiera pitado y gritado groserías. Andy nos había bajado a ambos a tirones y se aventó al suelo con nosotros a apalearnos.

Cassy trató de pararnos y hacernos entrar en razón diciéndonos que era una pelea ridícula, que el motivo no tenía importancia. Sólo Andy entro en razón, Bill y yo no. Seguimos gritándonos, sacando “trapos sucios” del otro y golpeándonos. Andy, por el contrario, se levanto, se sacudió la ropa, le abrió la puerta del copiloto a Cassy, se subió al volante e hiso rugir el motor. Luego se fue. Nos dejo ahí con el puño alzado y la boca abierta. Hasta que vimos que entraba al estacionamiento de un cine.


Caminamos el tramo que quedaba para alcanzarlos en la entrada de dicho cine. No sé si se habían percatado ya de nuestra presencia, y si lo habían hecho nos ignoraban sorprendentemente… bueno, tampoco es que nosotros pusiéramos especial énfasis en llamar su atención… aun así la indiferencia de mi hermosa enamorada dolía más que cualquier golpe que hubiera recibido de Bill.
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:D ¿les he dicho que me encantan sus comentarios?

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Capitulo 17

Hola!!! en mi defensa solo puedo decir que la escuela no me dejaba terminar el capitulo, y no podía subir un capitulo incompleto.
Gracias por esperar y por sus comentarios, me pondré al corriente con sus historias también ;)
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Llegamos a casa al amanecer. El sol apenas comenzaba a dejar ver su dorado resplandor en el horizonte cuando nosotros entrabamos en el departamento. Bill y Andy seguían desparramados durmiendo… demasiada suerte diría yo.

Con Cassy habíamos llegado al acuerdo de que lo sucedido sería nuestro más preciado secreto, pues después de ver pros y contras… sólo encontramos una ventaja y muchísimas desventajas si alguien se entraba de nuestro desliz.

Para empezar ella correría más peligro del que ya tiene, pues incluso podría ser buscada como señuelo y para hacerme daño a mí, y creo que más daño para ella era inaceptable. Además si nos descubren podrían quitarme mi placa o sus padres podrían demandarme… eran demasiadas desventajas que opacaban a la única ventaja: nuestra felicidad.

Cassy se fue a duchar mientras yo preparaba algo de café.

El ruido de la cafetera y el de la regadera, y los ronquidos de Andy, eran lo único que escuchaba. Me sentía frustrado por haber hecho algo que, a la vez, me hacía sentir muy bien.

-Tom, buenos días

La voz de mi hermano me había sacado de mi ensimismamiento, no me había dado cuenta que el café ya estaba listo y que la regadera había dejado de sonar.

-buenos días Bill

-te vez cansado, te despertaste temprano ¿eh?

-sí, algo

-¿no dormiste bien?

-ehh… si, si dormí bien pero… emm… no descanse lo suficiente, creo

-sí, comprendo, has estado muy pensativo últimamente ¿quieres hablar de lo que te molesta?

-¡no!, no, no me molesta nada, solo estoy un poco cansado

-¿quieres dormir?

Cassy salió del baño, cambiada con ropa cómoda que se le veía muy bien. Iba recogiendo su cabello húmedo en una cola alta mientras llegaba a la mesa de la cocina, en donde estábamos Bill y yo

-me iré a dar una ducha. Buenos días Cassy-le sonreí, no pude evitarlo

-buenos días Tom-contestó ella regalándome otra sonrisa

-está bien… se levantaron temprano y muy extraños- alcancé a escuchar a Bill, seguido de la risa suave de Cassy

Cuando salí de bañarme, y después de ese largo monologo mental, me reuní de nuevo con ellos en la cocina para desayunar. Estaban todos sentados a la mesa tomando de sus respectivas tazas de café.

-buenos días Andy-le saludé

-buenas-me respondió, sin mirarme, y entre tragos de café

Me senté ignorando ese comportamiento, que más da, no todos los días amanece uno de buenas.

Pasamos el día enterrados entre aburridos papeleos. Nuestro trabajo no es precisamente como en los programas de TV.

Cassy por otro lado había entrado y salido de la cocina más de veinte veces para ver si ya habíamos terminado, había visto dos películas, se había pintado las uñas de las manos y de los pies, había leído un rato, dibujado otro rato, se había echado una siesta, había hecho ejercicios y se había puesto a mirar hacia la nada a través de la ventana que daba al patio.

-ufff… mandaré esto mañana a primera hora-dijo Bill aún metido entre las letras

-sabes… eh estado pensando-dijo Andy de repente- Cassy se ha aburrido mucho… ¿Por qué no la llevas a bailar hoy, Tom?

-¿qué?

-que la lleves a bailar, ayer se moria de ganas, ¿crees que hoy no las tenga?

-no, no sé, le preguntaré

-¡Cassy!-gritó Andy y Cassy apareció en cuestión de segundos

-¿qué pasa?

-¿quieres ir a bailar hoy? Te hemos visto más aburrida que a una piedra, ¿o quieres hacer otra cosa?-preguntó sonriente

-emm… ¿bailar?...no, pues lo que quieran

-no, no, lo que tú quieras

-oh bueno… podríamos ir a dar una vuelta por ahí

-no es mala idea… ¿está bien se vas con Bill?

Bill y yo levantamos la mirada hacia él al mismo tiempo analizando sus palabras tan sorpresivas y seguras

-¿conmigo?

-¿con Bill?

Preguntamos mi hermano y yo al mismo tiempo

-sí, tú no tienes buena cara Tom, se ve que no dormiste bien, yo tampoco. Bill esta mas despierto y podrá aguantar más el ritmo de ella, se ve bien descansada y aburrida

-emm.. no sé… ¿por qué no vamos todos?- tanteé

-¡oh! ¿tú también quieres dar una vuelta Tom?-preguntó, como si no se lo esperara

-sí, ¿por qué no?

La cara de Bill era de perdido total, nos miraba a ambos alternativamente con un documento en la mano y sin entender nada sobre a qué venía todo. Cassy tenía cara de que quería salir corriendo. Mientras tanto Andy y yo manteníamos una disputa encubierta sobre quien sabe el motivo. Yo lo tenía claro, pero no tenía claro cuál era el de él.

-¿y a dónde quieres ir Tom?-preguntó Andy socarrón

-no sé, ¿A dónde querías ir tú?-contraataqué

-pensaba que a  Cassy le gustaría ir a bailar

-¿y si quisiera salir a otro lado?

-¿por qué? Ayer quería bailar

-ayer, no hoy

Nuestra guerra de miradas echaba chispas. La tensión era tal que podía cortarla con un cuchillo.

-a ver- Bill dejó caer la hoja de papel y se cruzó de brazos-no entiendo nada, ¿Qué mierda se traen ustedes dos? Todos estamos aburridos, salgamos todo juntos y ya- se giró hacia Cassy, quien se sobresalto y dio un leve brinquito hacia atrás- ¿A dónde te gustaría ir Cassy? Podemos ir a bailar, a cenar, al cine, a caminar a un parque, no sé

-¡al cine estaría bien! Hay buenas películas en exhibición

-¡pues al cine será!- declaró Bill- vamos a arreglarnos

Bill se levanto y Cassy le siguió entusiasmada. Me quedé a solas con Andy

-¿Qué te traes con ella Tom?

Directo al grano

-¿de que hablas?

-¿Cómo que de que hablo? Anoche ella se salió y tu fuiste tras ella, yo también escuche Tom pero como te levantaste me tranquilice… vaya sorpresa cuando me di cuenta de que pasaban las horas y no regresaban… salí a buscarlos y no estaban por ninguna parte del edificio… ¿A dónde fueron?

-a caminar-no lo pensé

-¿hasta las cinco de la mañana? Fue un paseo muy largo ¿no crees?

-no llegamos a las…

No me dejó terminar

-Tom, no trates de mentirme a la cara, soy tu mejor amigo, ya sé que se fueron y no pienso delatarte, pero es mi deber como amigo y como colega advertirte que te estás metiendo en problemas, es tu protegida… pueden quitarte la placa si le metes mano

-¿Bill lo sabe?

-¿Bill? Por favor el pone la cabeza en la almohada y queda en calidad de bulto, puede haber una guerra nuclear afuera y no se despertara. Y yo no se lo diré… a menos que me obligues a hacerlo

-no se lo digas, por favor, no se repetirá

-mas te vale

Sonreímos y nos fuimos a alistar. Ufff… debo tener mas cuidado.

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Bueno, bueno... eso es todo :) no leemos el sábado, las quiego!!! 

sábado, 19 de octubre de 2013

Capitulo 16

Espero que les guste y que sientan el capitulo :)
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Se oyeron unos pasos, tacones y otros más pesados. Me revolví ligeramente y me detuve en seco cuando sentí algo entre mis brazos, en un principió había pensado que era una almohada pero el tacto era diferente, muy diferente…

Abrí los ojos de golpe al no reconocer donde estaba acostado, el sueño se me quitó de inmediato al ver aquello que dormía entre mis brazos. Cassy.  Su cabello extendido sobre una almohada, su  brazo sobre mi pecho y su cabeza sobre mi clavícula. Podía sentir su cuerpo desnudo pegado al mío en las mismas condiciones. Me incorporé levemente para ubicarme. Una cama de sábanas color rojo. Paredes rojas, piso de madera descuidada, nuestra ropa regada por el suelo, la puerta de color negro cerrada con seguro, un enorme espejo en el techo, un colchón barato debajo de mi, olor a incienso, lejanos ruidos de pasos, gemidos y música, mis brazos correspondiendo el abrazo de quien dormía plácidamente a mi lado, con sus piernas enredadas entre las mías. La miré con más detenimiento, quedándome absorto en lo bella e inocente que se veía, su piel suave, una pequeña manca en su hombro… un chupetón. Sus labios seguían enrojecidos.

¡oh por Dios! ¿Qué demonios había hecho?

Me había acostado con mi protegida, con mi responsabilidad, con una joven vulnerable… y en un club, en un cuarto como los que usan las putas, borrachos y sin una pizca de recuerdo sobre alguna protección. ¿Ella había querido? ¿Yo había querido? ¿Uno había obligado al otro o ambos lo habíamos deseado? ¿Qué habíamos hecho? ¿Cómo lo habíamos hecho? ¿Cómo y cuándo paso? ¿Qué nos habíamos dicho? Y si… 
¿Habíamos tomado algo aparte del alcohol?

No recordaba nada, y el sólo intentarlo me aumentaba el dolor de cabeza. Esto no debió haber pasado, no debió haber pasado… yo pude evitarlo y no lo hice ¿por qué no lo hice? ¡Maldición!

Cassy comenzó a despertar, me vi tentado a huir pero eso sería lo más cobarde que pude haber hecho, además de estúpido.

Me quedé quieto observándola, como restregaba sus ojitos adormilados con sus puños, como alzaba la mirada y daba un vistazo alrededor antes de posarla en mí. Se apartó lentamente  sin quitarme un ojo de encima, tapándose, cubriéndose con la sábana.

Para mi sorpresa sonrió.

-hola

-hola-respondí igual de perdido

Nuestros brazos ya no rodeaban el torso del otro, sin embargo nuestras piernas seguían tan unidas como antes.

Cassy empezó a parpadear con rapidez, moviendo la cabeza de un lado al otro, cayendo en cuenta de lo que había sucedido… y pareció no gustarle nada. Se puso pálida, tan blanca como la leche, me miró de nuevo y su cara se tornó de un rojo granate. Se separó por completo de mí. Sentí como se deslizo su piel por mi piel, como su muslo rozo levemente mí miembro y como sus pies chocaron temblorosos con mi rodilla. Se hiso bolita y se escondió bajo las sabanas, dándome la espalda. Yo no me moví. Me sentía imponente y avergonzado… y dolido, dolido por su reacción de rechazo hacia lo sucedido entre nosotros.

La oía murmurar, pero no entendía lo que decía

-Cassy- la llamé, sentía mi voz ahogada

-no, no, no, Tom… no

-Cassy… Cassy… yo

-no, no

-lo siento Cassy… no sé qué paso… de verdad que no lo sé- supliqué

-si se enteran… ¡oh por Dios! Si se enterarán

-no se enterarán Cassy, no si tenemos cuidado

-esto fue un error… debimos… debimos…

-¿Qué? ¿Qué debimos, Cassy? ¿Qué debimos haber hecho?

-esto es mi culpa… no debí haber venido contigo…

-está bien, Cassy está bien

Sentía que la cabeza me iba explotar, pero me lo merecía… me merecía ese dolor y más por haber hecho esto

-no, no está bien

-Cassy

- ¡no está bien! ¡yo era virgen Tom!

Mierda

Los dos éramos conscientes que ella había sido violada antes de que intentarán matarla, pero si no contamos esa intrusión… está había sido su primera vez… y vaya primera vez… me sentí increíblemente culpable.

-no fue tu culpa Cassy… fue mía, yo fui el que te traje aquí y…

-¡cállate, cállate!

Se tapaba los oídos con las manos, seguía tapada y hecha bolita. Y se balanceaba adelante y atrás.
Ahora sí que no sabía qué hacer. Estaba recordando aquella intrusión, aquella violación. Por mi culpa, por culpa de quién debía protegerla… y lo peor de todo es que no tenía ni un solo argumento en mi defensa o uno que pudiera tranquilizarla al menos… porque no recordaba nada.

-Cassy

Se detuvo… se destapó la cara sólo lo suficiente para poder mirarme. Me había sentado en la cama y me había cubierto con la sábana lo mejor que pude para no hacer la situación más humillante aún.

-no sé qué hacer ahora-confesé

-yo tampoco

-dime qué puedo hacer, si quieres que te deje a cargo de otra persona lo haré, si quieres que te lleve a casa lo haré, si quieres que haga lo que sea lo haré… no puedo retroceder el tiempo para evitar lo que ha pasado…

-lo sé… si pudieras estoy segura de que lo habrías hecho para resolver esto desde el principio

Me froté la cara frustrado

-no quiero que hagas nada

-¿qué?

-no quiero que hagas nada… sólo vámonos a casa

Me quede mirándola, no entendía

-¿ya no estás molesta?

-esto no fue solo culpa tuya Tom, si despertamos así abrazados no creo que alguno de los dos se haya resistido… además tu me gustas… estoy segura de que yo no habría puesto resistencia alguna-se escondió de nuevo bajó las sábanas huyendo de mi mirada

Me quedé de piedra. Tardé unos segundos eternos en reaccionar, mi mente estaba en blanco. Me acerqué un poco a ella. Sentí como se tensó al sentir que me moví. Levante muy ligeramente la sábana hasta asomar mi cabeza.

-¿puedo pasar?

Asintió con la cabeza, abrazando sus rodillas

Me metí con ella bajo esa sábana roja de tacto áspero. Me puse a su lado. No sabía cómo taparme así que solo lo hacía disimuladamente con la mano. Puse un mechón de cabello detrás de su oreja

-creo que yo tampoco puse resistencia alguna-dije en voz más o menos baja

Sus ojos se abrieron con sorpresa


-tú también me gustas- y besé su hombro
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P.D. en serio que me revuelco de felicidad con sus comentarios :D muchisisisisimas gracias por cada uno de ellos... los leo todos... incluso más de una vez jeje... no suelo contestarlos porque no sé si leeran mi contestación... pero si me dicen que la leeran con mucho gusto se los contestaré :3

martes, 15 de octubre de 2013

Capitulo 15

Se que me fui sin avisar pero es que yo no lo tenia planeado, pero ya volví y podremos volver al horario normal, miércoles y sábados de capitulo... se que hoy no es ninguno de esos días pero no quería esperar hasta mañana :). Es un capitulo pequeño pero... bueeno, es necesario para continuar. Espero que les guste ;)
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La entrada del local estaba abarrotada de gente. Al igual que el interior. Tomé con más fuerza la mano de Cassy para no perderla entre la multitud. Echamos un vistazo. De un lado estaba la pista de baile, con música muy fuerte y luces parpadeantes de colores. Del otro lado unas mesas y unos sillones. Al frente la barra y colgando encima el menú. Al fondo estaban los baños y al lado de estos unas escaleras, seguramente para subir a unos cuartos en la parte de arriba. Miré a Cassy por encima de mi hombro, nos sonreímos de forma cómplice. Bill y Andy no deberían de enterarse de esta salida nunca.

Nos detuvimos al llegar a la barra, miramos la lista de bebidas con nombres exóticos en el menú,  nos sentamos en los taburetes y pedimos nuestras bebidas. Echamos un vistazo más a la pista de baile, el ambiente se veía muy animado, además de una gran variedad de gente. Había de todo.

Los primeros dos tragos la pasamos hablando de trivialidades, como si fuéramos amigos de toda la vida que se reencuentran luego de un tiempo. Después de la cuarta copa ya estábamos bailando como dos más del montón. Para ese momento había olvidado mi papel en la historia y mi única preocupación era seguir el ritmo de la canción junto a Cassy.

-¿hace cuanto que no te diviertes?

-¿así? Ufff… años

-gracias

-¿Qué?

-¡gracias!

-ah, no agradezcas, igual ya hacía falta para aligerar tensión

-¡oye! Esa chica de allá no te quita los ojos de encima

-¿Cuál?-me giré

-¡no mires así! Te ves muy obvio

-si ella no ha dejado de mirarme la obvia es ella

-jajajaja-se empezó a reír y me contagió

-no, ya enserio ¿Cuál?

-la que esta parada por allá, la de vestidito negro-logré localizarla

-de seguro es porque estamos en pijama

-no creo

-claro que sí, todo el mundo se detiene a mirarnos por nuestras fachas

-claro que no… bueno si, pero las chicas te miran así porque eres muy guapo y esa camisa que traes es muy ligera-se sonrojó débilmente

-¿ligera?

-sí, se marcan tus músculos-toco con las yemas de sus dedos mis pectorales, muy tímidamente y los retiro casi de inmediato

-mira quién habla de ligerezas-contraataque

-¿ligerezas?

-no soy el único en pijama-toqué el principio de su blusa haciendo notar que también era de tela delgada

-bueno pero… pero… no es blanca, y no tengo un cuerpo de esos que llaman la atención, como tu… comprenderás

-no seas ridícula eres muy bonita, con o sin pijama

-¿tú crees?

-claro que si, además no lo creo… lo veo

-¿si…? emm, no olvídalo- desvió su mirada

-no, pregunta

-no, olvídalo… es estúpido

-Cassy- insistí

-si la situación fuera diferente, si nos hubiéramos conocido en otras circunstancias… yo… emm…tu… ¿te habría gustado?-preguntó y se sonrojó… aunque no pude distinguir bien por la iluminación

Me quede callado, no porque la respuesta fuera no, la respuesta era ¡claro que sí! Pero me había quedado mudo de la impresión… esa respuesta ya la sabia antes de la pregunta pero pensé que me la guardaría para mi mismo siempre

-¿Tom? Ves fue estúpido, olvídalo

-Cassy- me miró avergonzada. Me incline y le besé la mejilla, después le susurré al oído- claro que sí

Sentí como un rubor se extendía por mis mejillas a la vez que otro se extendía por las de ella


Después de eso no sé cuánto tiempo pasó, cuantas canciones habían sonado, cuantos tragos había probado ni cuantas veces había rozado mi cuerpo y el de Cassy al bailar en medio de la pista apretada de gente igual de despreocupada. Mucho menos tenía una mínima idea de la hora que era, y francamente poco me importaba. Nuestros cuerpos se movían al ritmo de Your Body de Christina Aguilera. Increíble… estaba bailando como hacía años que no lo hacía, con la guardia baja ¡y eso que no me gusta bailar!

Una canción más, un roce más, otra canción, cada vez más juntos, otra canción, sus manos en mis hombros y las mías en su cintura, música alta, sus manos bajando por mi pecho y las mías paseando desde su cintura hacia su cadera y de regreso hasta la altura de su sostén, ambiente animado, música movida y nuestros cuerpos restregándose.
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La música se hace más lejana cada vez que nuestros labios se unen de nuevo. La ropa regada por el suelo y nuestras mentes volando. Tatúo sus caricias en mi piel, sus besos en mis labios y el contacto en nuestras pieles desnudas y perladas. Ambos sentados en la cama, ella a horcadas sobre mí. Una erección dolorosa y una humedad pasional. Nuestras lenguas bailando una danza prohibida entre nuestras bocas y empapándose de una mezcla de nuestras salivas. No recuerdo nada más…