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Escuche unos pasos ligeros,
seguramente de Cassy. No abrí los ojos, no me moví, estaba muy a gusto y
seguramente ella solo iba al baño. Hasta que oí como la puerta de entrada se
cerraba con su clic característico. Abrí los ojos de golpe.
Tom: mierda, Cassy- dije con
cuidado de no despertar a los chicos
Me levanté tratando de no
tropezar con las sábanas que se habían enredado a mis pies, me puse unos pantalones de pijama, creo necesario
mencionar que duermo en puros bóxers con una de esas playeras blancas
interiores, y así descalzo salí tras ella. No quise despertar a Bill ni a Andy,
quienes seguían durmiendo plácidamente ajenos a todo, para no causar disgustos.
Cerré la puerta con toda la cautela que pude y una vez que me encontré en la
oscuridad del pasillo corrí tras sus pasos.
Rogaba porque no estuviera muy
lejos. Me sorprendí al verla sentada en medio del patio con la vista al cielo
nocturno. Me acerqué, no sabía si no había notado mi presencia o me estaba
ignorando pero igualmente me paré detrás de su silueta sentada.
-Cassy
Se giró y me miró sin una pizca
de asombro ni de molestia
-quería tomar aire-respondió seca
volviendo a su postura inicial
-¿puedo sentarme?
Asintió con la cabeza sin cambiar
de posición
-es una linda noche-dije después
de unos minutos de silencio
-si
-¿está todo bien? Si quieres que
te deje sola…
-no, igual no me dejarías sola,
estarías vigilándome desde la ventana o desde la puerta del patio
-no me digas que sigues molesta,
es un comportamiento infantil de tu parte Cassandra
-lo sé, no quise que sonara así.
Agradezco su protección, interés y paciencia hacía mi caso
-¿tiene que ver con la salida a
bailar o con tu hermana, acaso?
-a decir verdad… si-afirmó en un
suspiro
-¿quieres desahogarte?
Guardó silencio, parecía pensarse
mi propuesta. No la presione
-mi mamá no iba a visitarnos al
internado ¿sabes?
No dije nada, quería que ella
hablara lo que quisiera
-nos dejó ahí a ambas porque no teníamos
un padre o algún familiar o amigo que cuidara de nosotras
mientras trataba su
alcoholismo
¿Así que alcohólica eh? Pensé
-prometió que cuando nos volviéramos
a ver sería para celebrar el éxito de su curación, no había llegado ese día aún…
y ahora solo Diana puede disfrutar de nuestra madre
-¿te llevabas bien con Diana?-no
pude evitar preguntar
-sí. No éramos las hermanas mas
unidas del planeta, no compartíamos confidencias ni teníamos amigos en común
pero no nos llevábamos mal, teníamos una buena relación de hermanas. Normal.
-entonces ¿no te molesta que ella
este allá y tu aquí?
-no me molesta. Aunque debo
admitir que le tengo cierta envidia, ella está en casa con mamá y a mí me
persigue un grupo de homicidas. Ella puede seguir en contacto con amistades, yo
ya ni tengo amistades. Ella puede salir, yo no.
No quise decir nada, su voz se
había quebrado al último. Esperé a que se recuperara y continuara
-¿siempre quisiste hacer esto?
-¿Qué?-me tomó por sorpresa
-ser policía, ¿siempre quisiste
ser policía?
-no, no siempre… quería ser
músico pero mi padre decía que me moriría de hambre. En la secundaria mi
hermano y yo sufríamos bullyng, así que decidí ser policía para poder proteger
a víctimas inocentes
-vaya… que triste
-¿triste por qué? Me gusta mi
trabajo y aún no dejo de lado mi pasión por la música. Además conocí a mis
mejores amigos con mi trabajo y tengo a mi hermano al lado
-¿no temes por tu vida?
-a veces
-¿y por la de tu hermano y
amigos?
-temo aún más
-¿podemos ir a dar una vuelta?
-bueno
Me paré y la ayudé a levantarse. Ella
también iba en pijama, un pantalón gris con rosado y una blusa de manga corta
algo ancha y larga de color blanco con un dibujo de Snoopy. También iba
descalza.
Comenzamos a caminar, en silencio,
a lo largo de la calle desierta. Ambos mirábamos al suelo.
El viento de media noche estaba
fresco pero no lo suficiente como para que hiciera frío. Una que otra estrella
se asomaba entre la oscuridad. Uno que otro farol parpadeaba. El ruido de uno
que otro árbol meciéndose al viento susurraba.
El silencio era cómodo, tan
cómodo que me vi tentado a tomar su mano.
Hasta que de la nada aparecieron
un trío de amigos, platicando y riendo, parados en la esquina. Ambos alzamos la
mirada hacia esos jóvenes, pero no paramos muestra marcha.
Al dar vuelta en la esquina pude
notar como los tres jóvenes dejaban su conversación de lado unos segundos para mirarnos. No sabía con certeza si era por
la belleza de Cassy, o porque íbamos a media noche por la calle en pijama y
descalzos, solo espero que no haya sido yo quien llamara su atención.
Al llegar a la otra esquina comenzó
a verse más gente y a escucharse los murmullos de la música alta. Sólo hasta
ese momento me percate de lo mucho que habíamos caminado.
-¿por qué hay tanta
gente?-preguntó Cassy molesta por la interrupción de nuestro silencioso paseo
-no lo sé, creo que hay un club,
antro o bar cerca-contesté
Como si afirmaran mis palabras un
par de letreros de neón iluminaron la acera con el nombre de un bar-discoteca.
Un par de chicas con ropa diminuta y entalladísima, que parecían de pasarela de
lencería, pasaron a mi lado, me miraron descaradamente el abdomen, la
entrepierna y el trasero antes de desaparecer con un vulgar piropo dirigido a
mí. Cassy me miró risueña y seguimos caminando. Un par de silbidos de hombres
dirigidos a Cassy y uno más de mujer dirigido a mí, nos recibieron al pasar
frente al local. Cassy no menciono ni una sola palabra sobre entrar.
Cuando llegamos a la siguiente
calle no habíamos vuelto a hablar. El sonido de la música aun se dejaba oír.
La
miré unos pasos por delante de mí. Tome una decisión, quería ver brillar sus
ojos y las comisuras de sus labios dibujar una sonrisa.
Di un paso largo para alcanzarla.
Tomé su mano y la jalé de vuelta al local.
-Tom ¿Qué haces, a donde me
llevas?
-a bailar
-¿Qué? ¿en pijama?
Me giré sin parar de caminar y le
sonreí
-sí, de pronto a mí también me
dieron ganas de bailar
Y ese brillo y esa sonrisa que
esperaba aparecieron más resplandecientes de lo que imaginaba
La entrada del local estaba
abarrotada de gente. Al igual que el interior. Tomé con más fuerza la mano de
Cassy para no perderla entre la multitud. Echamos un vistazo. De un lado estaba
la pista de baile, con música muy fuerte y luces parpadeantes de colores. Del otro
lado unas mesas y unos sillones. Al frente la barra y colgando encima el menú. Al
fondo estaban los baños y al lado de estos unas escaleras, seguramente para
subir a unos cuartos en la parte de arriba. Miré a Cassy por encima de mi
hombro, nos sonreímos de forma cómplice. Bill y Andy no deberían de enterarse
de esta salida nunca.
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¿que tal eh?